La doctora, que de buena no tiene nada, está sufriendo el chantaje de Triple Cero, un androide genial y malvado que la obliga a llevar a cabo misiones para su sindicato del crimen… ¡aunque eso no significa que la arqueóloga no pueda causar problemas y divertirse por el camino! ¿Que cuál es su último encargo? Infiltrarse en un centro de entrenamiento secreto de la Rebelión dirigido por la general Hera Syndulla.
Aphra acostumbra a estar metida en problemas pero, en esta ocasión, no está sola. ¿Quién más está atrapado esta vez en sus infortunios? Esperemos que sea alguien afín a ella porque, de lo contrario, cabe la posibilidad de que, esta vez, la arqueóloga haya mordido más de lo que le cabe en la boca.
Ahora que la persiguen tanto Hera, de la Rebelión, como Tolvan, del Imperio, la doctora va a tener que andar con pies de plomo… ¡aunque, a decir verdad, nunca le faltan trucos en la electromanga!