En Nollop, la isla cercana a Carolina del Sur antes llamada Utopianna, veneran a Nevin Nollop, el creador del pangrama Jovencillo emponzoñado de whisky, ¡qué figurota exhibes! Movidos por su devoción al ilustre paisano y por su amor a la lengua, los isleños hace mucho que erigieron un monumento en s...
En Nollop, la isla cercana a Carolina del Sur antes llamada Utopianna, veneran a Nevin Nollop, el creador del pangrama Jovencillo emponzoñado de whisky, ¡qué figurota exhibes! Movidos por su devoción al ilustre paisano y por su amor a la lengua, los isleños hace mucho que erigieron un monumento en su honor y colocaron en lo más alto, como homenaje a su destreza lingüística, unos azulejos donde podía leerse la iniciática frase. Tras décadas de esplendor, un infausto día uno de esos azulejos, el de la letra Z, cae al suelo y se hace añicos. Los miembros del Consejo Superior Insular interpretan esa caída como un mensaje de su santo patrón desde el más allá y disponen que se prohíba el uso de esa letra en el habla y la escritura. Los que infringan la nueva ley se exponen a severos castigos, incluso a la muerte, si la infracción es reiterada. Cuando la apacible axistencia de los nollopianos aún se tambalea por la conmoción, cae otro azulejo al suelo. Poco después otro más. La tragedia en una isla donde los residentes se enorgullecen de su amor por la lengua, no ha hecho más que comenzar: muy pronto la lengua dejará de ser un instrumento fiable de comunicación, los libros y la escritura serán proscritos... Ante estos estremecedores acontecimientos, Ella Minnow Pea inicia un intercambio de correspondencia con su prima Tassie, residente en un pueblo alejado de la capital, Nollopton, para ir contándole lo que sucede en ella. Juntas elaborarán un plan de resistencia para evitar el siniestro futuro que se cierne sobre todos los habitantes de Nollop. Pero cuidado, los delatores están por todas partes... En un ejercició lingüístico sin parangón en las letras universales, Mark Dunn construye en Ella Minnow Pea una salvaje y desopilante distopía en la que no sólo se narran las peripecias de un grupo de personas que no pueden, sin los consecuentes castigos, emplear ciertas letras del abecedario. Es tal vez por encima de todo, una sátira contra la crueldad, los totalitarismos y la locura de la censura desenfrenada. También un extraordinario alegato a favor de las libertades individuales. Ella Minnow Pea se publicó en EE.UU. en 2001, poco después de que cayeran las Torres Gemelas. Hoy, convertida en un clásico, por desgracia vuelve a estar más vigente que nunca.
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