El cuerpo poético de Adulta funcional es un cuerpo de frontera que habita entre lo doméstico y lo salvaje, la juventud y la vejez, la vulnerabilidad y la fuerza, ser madre y ser hija, el amor y la soledad, la esperanza y el duelo, las lavadoras y la espiritualidad, la intimidad y la exposición total, los recuerdos y los horizontes, la ternura y la ira, la amistad y la ruptura, la disidencia y la risa, la niña reivindicada y la mujer celebrada, el orgullo y la pena, los animales y las diosas, las escritoras veneradas y la libertad literaria, la mística y la terapia.