Cada uno tiene su animal de elección, su tótem si así queremos llamarlo. Oso Solitario nunca tuvo dudas sobre cuál era el suyo, desde que su conciencia verdadera comenzó a despertarse. Quizá hubiera preferido ser un halcón. Pero para todos nosotros son limitadas nuestras posibilidades de decidir lo ...
Cada uno tiene su animal de elección, su tótem si así queremos llamarlo. Oso Solitario nunca tuvo dudas sobre cuál era el suyo, desde que su conciencia verdadera comenzó a despertarse. Quizá hubiera preferido ser un halcón. Pero para todos nosotros son limitadas nuestras posibilidades de decidir lo que hemos de ser, en esa amalgama irrepetible de libertad, necesidad y caprichos de la existencia que forma nuestra vida. Oso Solitario, sí, pero no estúpido ni ciego a cuanto le rodea. Percibe agudamente, dolorosamente, alrededor de él y a veces también dentro de él mismo, los síntomas de la enfermedad; que hieden y supuran, como pústulas que rezuman muerte interior. El odio contra el hombre blanco sexualmente normal, equivalente ideológico de las pataletas del adolescente malcriado contra sus mayores. La guerra sin cuartel contra la masculinidad. La obsesión enfermiza por encuadrarlo todo, medirlo todo y controlarlo todo. El odio contra la polaridad sexual y la negación de la biología humana. El odio contra la excelencia, la fortísima voluntad de degradación y el escarnio de cualquier ideal superior. La enorme decadencia intelectual, cultural y moral que ha hecho posible una impresionante inundación de ideas ineptas, modas para tarados mentales y tendencias aberrantes. La inmensamente necia e inmoral igualdad de género, caso particular del fanatismo igualitario en general con su Anclanegación de la realidad. Las políticas deliberadas de sustitución étnica en Europa y de genocidio cultural contra todos los pueblos del mundo, falsamente presentadas como un destino inevitable. Arrojado al mundo que le ha tocado vivir, el Oso tenía una cosa clara: que no iba a traicionar la promesa que se hizo a sí mismo, en una lejana juventud, de cultivar ideales de rectitud, verdad, belleza, elevación interior. Si lo ha conseguido y en qué medida, es asunto exclusivamente privado. Pero en cierta encrucijada de su vida decidió también que no iba a quedarse callado; su camino y sus escritos son una dialéctica continua entre la integración y la alienación, una tensión constante entre la fidelidad a sí mismo y la llamada oscura a tirar la toalla, a renunciar a mantener las posiciones y alzar esa bandera blanca que significa la muerte interior. De esta manera, ha plasmado un fragmento de este camino y de sus reflexiones sobre el mundo que le rodea en estas Crónicas donde el lector encontrará un poco de todo: observaciones sobre la sociedad y los eventos en el mundo; pequeñas historias que nos ilustran algún aspecto de la realidad actual; comentarios de películas, libros y autores, algunos conocidos y otros menos, pero que tienen siempre algo que enseñarnos. Todo esto son las Crónicas de un Occidente enfermo, apuntes heterogéneos sobre la enfermedad de nuestra sociedad y el mal profundo del tiempo en el que vivimos.
Este sitio web almacena datos como cookies para habilitar la funcionalidad necesaria del sitio, incluidos análisis y personalización. Puede cambiar su configuración en cualquier momento o aceptar la configuración predeterminada.
Las cookies necesarias ayudan a hacer una página web utilizable activando funciones básicas como la navegación en la página y el acceso a áreas seguras de la página web. La página web no puede funcionar adecuadamente sin estas cookies.
Personalización
Las cookies de personalización permiten a la página web recordar información que cambia la forma en que la página se comporta o el aspecto que tiene, como su idioma preferido o la región en la que usted se encuentra.
Análisis
Las cookies estadísticas ayudan a los propietarios de páginas web a comprender cómo interactúan los visitantes con las páginas web reuniendo y proporcionando información de forma anónima.
Marketing
Las cookies de marketing se utilizan para rastrear a los visitantes en las páginas web. La intención es mostrar anuncios relevantes y atractivos para el usuario individual, y por lo tanto, más valiosos para los editores y terceros anunciantes.