«Can Gensana fue la casa en la que nací, lloré y amé. Hacía unos años que habían informado a mi madre, sin previo aviso, de que tenía que dejarla, que ya no era suya, y nos volvimos todos un poco locos, porque, por si fuera poco que mi padre se hubiera ido en zapatillas dejándonos dueños y señores de deudas, impagos y rencores, nos quedábamos de pronto sin recuerdos, también.»
Miquel Gensana está todavía digiriendo el fuerte golpe de la muerte de su «amigo del alma» cuando una amiga lo lleva a un restaurante cool. Pero a Miquel, que se siente desorientado y fuera de lugar, esta visita le sumirá en sus recuerdos: la verdad oculta de una larga historia familiar, la lucha política durante la dictadura y el papel del arte y de la música en la vida.