En este estudio, que encaja en la historia y el arte de la Sevilla de Murillo, se ha pretendido analizar lo más ampliamente posible las obras escritas y miniadas en ese momento, centrándose en los libros de la catedral de donde emanaron una serie de influencias que rebasaron con creces los límites de su archidiócesis. Así, los ecos de la miniatura del momento se reflejan en las iglesias de San Vicente, de El Salvador y los monasterios de San Clemente y Santa Paula de Sevilla, en las iglesias de San Juan de Marchena y de Santa María y San Pedro de Arcos, en la catedral de Cádiz y algunas parroquias de su provincia e incluso en el monasterio de Guadalupe, en las ejecutorias de hidalguía emitidas por la chancillería de Granada, principalmente las conservadas en el Museo de Bellas Artes y en el Archivo de Protocolos, sin que falten las de colecciones particulares, en las reglas de cofradías, en las cartas de profesión y en algún otro documento.