De la obra literaria de Cervantes, la poesía suele ser la parcela menos considerada, sobre todo si se la compara con su producción narrativa. Pero sin ella la literatura cervantina quedaría mermada: Cervantes es el Quijote,
en efecto, pero también algo más que esa novela; y sin esto —su poesía, pero también su teatro—, no se podría comprender ajustadamente su novela más universal.
Es más, nuestro escritor se acerca a la poesía en todas sus vertientes, desde la manuscrita a la impresa, la que participa en fiestas y conmemoraciones, la que es fruto de su intervención en academias y justas poéticas, la que se incorpora entre textos narrativos y la que sirve para la expresión dramática por medio de un corpus textual que supone más de quince mil versos.