El 14 de febrero de 1989, Salman Rushdie recibió una llamada de una periodista de la BBC que le anunció que había sido «condenado a muerte» por el ayatolá Jomeini. Oyó la palabra «fetua» por primera vez. ¿Su delito? Haber escrito una novela titulada Los versos satánicos, que fue tachada de libro «contra el islam, el Profeta y el Corán».
Así empieza la extraordinaria historia de cómo un escritor se vio obligado a vivir en la clandestinidad, yendo de casa en casa, con la continua presencia de un equipo de protección policial armado. Se le pidió que eligiera un alias que pudiera utilizar la policía para llamarlo. Pensó en sus escritores preferidos y las posibles combinaciones de nombres de estos; de pronto se le ocurrió: Conrad y Chéjov, Joseph Anton.
¿Cómo conviven un escritor y su familia con la amenaza de asesinato durante más de nueve años? ¿Cómo sigue él trabajando? ¿Cómo se enamora y desenamora? ¿Cómo da forma la desesperación a sus pensamientos y sus actos? ¿Cómo y por qué tropieza? ¿Cómo aprende a defenderse? En esta singular autobiografía, Rushdie cuenta esa historia por primera vez; la historia de una de las batallas cruciales de nuestro tiempo por la libertad de expresión. Habla de las realidades a veces penosas, a veces cómicas de convivir con policías armados, y de los estrechos lazos que formó con sus protectores; de su lucha por conseguir el apoyo y la comprensión de los gobiernos, los jefes de los servicios de inteligencia, los editores, los periodistas y los colegas escritores; y de cómo recobró la libertad.
Es un libro de una franqueza y una sinceridad excepcionales, absorbente, provocador, conmovedor, y de vital importancia. Porque lo ocurrido a Salman Rushdie fue el primer acto de un drama que sigue desarrollándose a diario en algún lugar del mundo.