El entrenamiento de Tsuna y sus compañeros para ajustar cuentas con Byakuran termina sin contratiempos. El día del enfrentamiento, Tsuna y los demás se dirigen al Santuario de Namimori, donde habían sido emplazados.
La hora de la batalla decisiva se acerca, pero Yamamoto y Hibari, que habían estado entrenando en otro lugar, no aparecen.