«No se le puede hacer sombra al sol», solía decir Jacqueline
Picasso cuando hablaba de su marido. Pepita Dupont, amiga
de Jacqueline después de la muerte del pintor, ha querido
arrojar luz sobre el destino de la mujer que compartió los últimos
veinte años de la vida de uno de los mayores genios del
siglo xx.
El resultado es un documento rico en información inédita,
desde anécdotas de la vida de la pareja en el castillo de Vauvenargues
y en su residencia de Cannes, Notre-Dame-de-Vie,
hasta el oscuro episodio de la polémica entre Madrid y París
provocada por la donación de sesenta y una obras de Picasso
a España por Jacqueline, poco antes de su muerte.
La autora nos revela asimismo hasta qué punto se traicionó la
última voluntad de Jacqueline, a quien no se ha agradecido lo
suficiente su dedicación a Picasso y su generosidad con los
museos, lo que suscita preguntas respecto a la suerte del legado
del pintor malagueño que hoy siguen sin respuesta.
A través de los ojos de Jacqueline, vemos a otro Picasso, muy
alejado del monstruo ególatra que se dibuja en el retrato que
han hecho de él Françoise Gilot y otros biógrafos, y descubrimos
así a un ser capaz de amar con pasión no sólo a su mujer
sino también la pintura y la vida.